Precauciones para un buen actuar en orientación familiar

Todo profesional de la orientación familiar tiene que tomar algunos recaudos necesarios para el buen desarrollo de su actividad de orientación.

Área de especialización. Nadie puede ser especialista en todo. El terapeuta debe ser capaz de definir con claridad cual o cuáles son sus áreas de especialización que le permitirán realizar su actividad con profesionalismo. Algunos les costará mucho interactuar con violencia doméstica y a otros les resultará especialmente sencillo tratar a jóvenes y adolescentes. Las áreas son muchas y todos pueden desarrollarse en áreas distintas, lo que importa, por el bien de la familia que es tratada es la honestidad.



Mantener competencia. Mantener la competencia está directamente relacionado con ser eficaz en su campo de acción. Eso implica que un buen terapeuta no termina nunca de estudiar. Los terapeutas que están constantemente asistiendo a conferencias, cursos, congresos, y presentado ponencias, analizando, y trabajando en su formación son más eficaces y confiables.

Trato prudente. La orientación familiar es una ayuda, y es preciso trabajar y atender de manera prudente a quienes buscan la consulta del orientador. Es importante entender que una persona que pide ayuda, ha debido de sortear muchas dificultades para atreverse a recurrir a alguien.

Consultar si es necesario. Nunca se tienen todas las respuestas, en algunos casos específicos, y vinculado a la dificultad que se presenta, es prudente consultar con otros profesionales para pedir apoyo o una visión diferente, como para dar la mejor ayuda a quien lo solicita.

Dar término a la terapia. Nunca un orientador debe convertir a sus pacientes en dependientes de ellos. La orientación familiar es una disciplina que procura ayudar a las personas para que crezcan y logren los objetivos propuestos, una vez que eso se logra, es preciso dejarlos ir para que logren desarrollarse.

Utilizar de manera correcta la información. El aspecto más sensible de la orientación familiar es la utilización de la información. Nunca debería utilizarse fuera de la consulta y para fines que no estén directamente vinculados con las sesiones de orientación. Un buen orientador no sólo garantiza un buen uso de la información, sino que además, procura que sus pacientes se sientan cómodos sabiendo que lo que dicen se mantiene de manera confidencial.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez