Los amigos son una bendición, en muchos sentidos, son la familia que elegimos. Muchos de ellos se convierten en hermanos y hermanas entrañables. Los buenos amigos están con nosotros en las buenas y en las malas, algunos de ellos, haciendo mucho más de lo que se espera de una amistad.
En el contexto citado, es lo más normal del mundo que cuando tenemos un problema familiar recurramos a ellos como orientadores, para que nos den consejos, incluso, en ocasiones sólo para desahogarnos con lo que nos está pasando.
En problemas domésticos, sin implicaciones emocionales, y que sólo amerita una intervención tangencial, no hay problema. Puedo pedirle a un amigo que me de una mano en un arreglo de la casa o que me ayude con alguno de mis hijos que está en problemas y necesita una mano amiga. No es problema hacerlo, no implica un compromiso emocional mayor.
Sin embargo, si surgen situaciones más complejas, donde se demanda otro tipo de orientación recurrir a los amigos tiene el mismo componente difícil que ya mencionábamos cuando pedimos ayuda a la familia.
Pedir orientación familiar o matrimonial a nuestros amigos los obliga a tomar partido, y más en una situación donde sean amigos de ambos de la pareja. En cualquier caso las relaciones de amistad pueden sufrir un revés, simplemente, porque los ponemos en una situación difícil.
Otro elemento, tiene que ver con la sensibilidad ante lo que se aconseja. Muchos amigos se resienten cuando sus orientaciones no son tomadas en cuenta e incluso algunos lo toman como algo personal, cuando no lo es.
Sin embargo, el punto más sensible se refiere a la capacitación específica para atender algunas situaciones que ameritan la orientación profesional. El amigo siempre nos aconsejará desde su experiencia personal, no obstante, puede ser un mal presagio, porque es muy parcial.
Si queremos cuidar nuestras amistades, entonces, que sean nuestro sostén para abrazarnos y contenernos, pero si queremos mantener la amistad no pueden ser nuestros consejeros, no pueden serlo porque no están capacitados, y si lo estuvieran, tampoco, porque están comprometidos emocionalmente con nosotros.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
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