Es preciso mencionar un axioma fundamental: Todas las parejas tienen problemas y todas las familias pasan por momentos difíciles. Hay dificultades más fáciles de enfrentar que otras, pero eso no significa que la familia y el matrimonio esté libre de vivir conflictos o problemas. Algunos con ingenuidad creen que basta la buena voluntad para no tener momentos de tensión, eso no es posible, siempre ocurrirá algo que obligará a la pareja y a la familia a utilizar sus mejores recursos para enfrentar la situación.
En este contexto, es común que a los primeros que se recurra para buscar apoyo es a la familia, comenzando por padres y hermanos. Quien no lo hace es porque simplemente no se vincula adecuadamente a sus familias.
Es normal recurrir a la familia que se convierte en una especie de red de apoyo. Sin embargo, algo tan positivo puede tornarse en un problema si no se lo maneja de manera adecuada.
Cuando surgen problemas más complejos que ameritan orientación y guía de profesionales que puedan dar directrices más certeras, entonces, es hora de alejarse de la familia y pedir ayuda a quienes pueden hacer un mejor trabajo.
Cuando hay dificultades serias, solicitar consejos a la familia se convierte en un arma de doble filo. En primer lugar, obligamos a los familiares a tomar partido, porque aunque sean lo más ecuánimes posibles, siempre tenderán a favor del pariente más cercano.
En segundo lugar, cuando aceptamos un consejo de un pariente, los comprometemos, porque simplemente si no hacemos caso a la orientación dada, corremos el riesgo de que ellos se resientan o confundan el seguir una orientación con lealtad.
En ese contexto, los familiares son los peores orientadores familiares, no porque sean malos, sino simplemente, porque son parciales.
Es preciso entonces recurrir a una persona con la que no tengamos vínculo emocional y sea capaz de decirnos lo que no nos gustaría escuchar y dar directrices objetivas, que no estén enmarañadas en la compleja red de vínculos emocionales que tenemos con nuestros familiares.
Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez
No me convence que la familia sea una mala orientación, son los que nos aman y nos conocen más, ¿como van a ser malos?
ResponderEliminarAlejandra, espero que hayas leido la nota con cuidado, en ningún caso estamos diciendo que la familia es "mala", especialmente en casos de apoyo, lo que afirmamos es que en casos de necesitar orientación, no son los más adecuados por estar comprometidos emocionalmente con nosotros, precisamente por amor. Eso los hace poco objetivos para dar la orientación adecuada.
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