Existen algunos mitos en torno a la orientación familiar, algunos supone que sólo deben consultar a un experto en relaciones familiares si tienen algún "problema" o "conflicto", lo que es un gravísimo error.
Hay diversas vertientes de la orientación familiar. Una es preventiva y otra es de intervención.
En la faceta preventiva se busca educar para prevenir situaciones que podrían ser potencialmente nocivas.
En la faceta de intervención se actúa con orientación terapéutica con el fin de corregir situaciones difíciles.
En este contexto ¿quiénes necesitan orientación familiar?
Prevención
1. Todos los futuros padres. En este caso sería, educación para la familia.
2. Los futuros esposos. Educación para el matrimonio y clases prematrimoniales.
3. Los adolescentes. Que necesitan orientación para definir aspectos importantes en su vida, como el amor, por ejemplo.
4. Jóvenes y jóvenes adultos. Educación emocional, formación para la responsabilidad, amor responsable.
5. Adultos mayores. Preparación para la adultez y para etapas de vida, como la jubilación.
Intervención
1. Deterioro de las relaciones padres e hijos. En este caso se trata de ayudar en las consecuencias (ansiedad, insomnio, enuresis, pánico nocturno, etc.).
2. Malas relaciones conyugales, con las consecuencias que conlleva.
3. Trastornos infantiles (ocasionados por diversas causas).
4. Violencia doméstica.
5. Crisis graves en el matrimonio por diversas causas (infidelidad, pérdida de trabajo, muerte de un hijo, etc.)
6. Crisis de la mediana vida (las crisis de los 40 y los 50).
7. Crisis generacionales (adolescentes/adultos; jóvenes adultos/ancianos; etc).
La orientación familiar, como el nombre lo dice, procura orientar, especialmente en situaciones que lo ameritan, ya sea en formación para la vida o intervención en situaciones de crisis.
Copyright: Lic. Mery Thomann
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